"Alá es el más grande", el grito del autor del atentado de Estrasburgo
Asesinó a dos personas y dejó a otra persona en estado de muerte cerebral.
El autor del tiroteo que anoche causó dos muertos y dejó a otra persona en estado de muerte cerebral gritó "Allahu akbar" ("Alá es el más grande"), según los testimonios recogidos, indicó hoy el fiscal antiterrorista, Rémi Heitz.
El fiscal, quien aseguró que la mitad de los doce heridos están entre la vida y la muerte, agregó que el sospechoso fue herido por militares de la patrulla Sentinelle en su huida.
Se ha desplegado un gran dispositivo de búsqueda del fugitivo, incluidos registros en lugares que frecuentaba, que ha llevado a la detención de cuatro personas de su entorno, que continúan bajo arresto, dijo.
Heitz indicó que el autor de la matanza, que identificó como Chérif C. y que nació en Estrasburgo hace 29 años, profirió proclamas islamistas durante su recorrido por las calles del centro de la capital alsaciana.
Con un arma automática y un cuchillo atacó a varios viandantes y, posteriormente, se enzarzó en un tiroteo con cuatro militares del dispositivo antiterrorista que patrullaban por la ciudad, que respondieron y le hirieron en un brazo.
Pero Chérif C. logró escapar y tomó un taxi, y pidió que le condujera al barrio de Neudorf, sin especificar una dirección correcta.
En el camino, señaló el fiscal, el sospechoso, que iba dirigiendo al taxista, le confesó haber disparado y haber matado "a diez personas", al tiempo que justificó su acto.
También reveló al taxista que la policía había registrado esa misma mañana su domicilio y que había hallado en él una granada, lo que permitió a los investigadores identificarle rápidamente.
Tras bajar del taxi se cruzó con un grupo de agentes de policía, con quienes mantuvo un tiroteo, aunque logró escapar y desde entonces está siendo buscado por la policía.
Heitz aseguró que Chérif C. ha sido condenado 27 veces, la mayor parte de ellas en Francia, pero también en Alemania y en Suiza, siempre por robos y por actos violentos.
En varias ocasiones entró en prisión y fue ahí, según el fiscal, donde se produjo su radicalización islámica y donde comenzó a practicar un proselitismo religioso.
Actitudes que fueron detectadas por la administración penitenciaria, lo que llevó a su inclusión en el registro de sospechosos radicales y a vigilarle.
EFE